RECONEXION NATURAL




 Había una vez un mundo en el que los seres humanos vivían en armonía. Eran tiempos en los que aún no existía la noción de un ser supremo o una divinidad que gobernara sobre ellos. En su lugar, confiaban en la naturaleza y en su conexión con el universo.


En esta tierra fértil, habitada por diferentes culturas y civilizaciones, la sabiduría ancestral era valorada y respetada. Los hombres y mujeres vivían en comunión con los elementos, comprendiendo que eran parte de un todo más grande.


En uno de los rincones de este vasto mundo, existía una pequeña aldea llamada Eterna. Sus habitantes se consideraban a sí mismos guardianes de la armonía y la paz. Cada día, dedicaban tiempo a contemplar el sol naciente, a agradecer a la tierra por su generosidad y a celebrar la vida en todas sus manifestaciones.


Sin embargo, un día, algo cambió en Eterna. Una sombra se cernió sobre la aldea, llenando los corazones de sus habitantes de temor y confusión. La sombra parecía ser una fuerza poderosa y desconocida, que oscurecía la mente de las personas y los alejaba de su conexión con el universo.


Los líderes de la aldea convocaron a un consejo de ancianos para discutir este fenómeno misterioso. Tras largas horas de deliberación, decidieron enviar a dos de los más sabios y valientes habitantes en busca de respuestas.


Apolo, un anciano conocido por su profundo entendimiento de los ciclos de la naturaleza, y Selene, una joven curiosa y de espíritu aventurero, se ofrecieron voluntarios para la misión. Juntos, partieron hacia lo desconocido, llevando consigo la esperanza de devolver la armonía a su aldea.


Durante su travesía, Apolo y Selene se encontraron con diversas pruebas y desafíos. Atravesaron vastos bosques donde la oscuridad parecía intensificarse, cruzaron ríos turbulentos y escalaron montañas escarpadas. Sin embargo, nunca perdieron la fe en su misión y en el poder de la conexión humana con la naturaleza.


Después de un largo camino, llegaron a un valle escondido en lo más profundo de las montañas. Allí, encontraron a un anciano sabio que vivía en soledad. El anciano, cuyo nombre era Morfeo, les explicó la causa de la sombra que había caído sobre su aldea.


"La sombra que han visto es el resultado de la desconexión de los hombres con su propio ser y con el universo", dijo Morfeo con voz serena. "Han olvidado que son parte de algo más grande y que cada acción tiene una repercusión en el mundo que los rodea".


Apolo y Selene escucharon con atención y comprendieron que, para devolver la armonía a Eterna, debían enseñar a sus compañeros a recordar su conexión con la naturaleza y su responsabilidad como guardianes de la vida.


Con este nuevo conocimiento en sus corazones, Apolo y Selene regresaron a su aldea y compartieron sus experiencias y enseñanzas con


 los demás. Poco a poco, la sombra comenzó a disiparse y la luz volvió a brillar en Eterna.


Los habitantes de la aldea se dieron cuenta de que no necesitaban un dios o una divinidad para encontrar la paz y la armonía. En su lugar, debían recordar su propia divinidad interior y su conexión con todo lo que los rodeaba.


A medida que el tiempo pasaba, la historia de Apolo, Selene y la sombra se convirtió en una leyenda que se transmitía de generación en generación. Sirvió como recordatorio de que, antes de cualquier concepto de un ser supremo, los hombres y mujeres son responsables de crear un mundo lleno de amor, respeto y armonía.


Y así, en la aldea de Eterna, la vida floreció en comunión con la naturaleza, y los habitantes vivieron en paz, antes de cualquier concepción de un dios.

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