ABUELA FANTASMA

 Había una vez un niño llamado Lucas que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques. Lucas era un niño curioso y soñador, siempre buscando aventuras en cada rincón. Pero lo que no sabía era que su abuela, quien había fallecido hace muchos años, aún velaba por él desde el mundo de los espíritus.


Una noche, mientras Lucas dormía plácidamente en su cama, la tenue luz de la luna se filtró por la ventana de su habitación. De repente, la figura espectral de su abuela apareció en la habitación, rodeada de un aura brillante y cálida. La abuela, con su sonrisa amorosa, se acercó a la cama y susurró suavemente el nombre de Lucas.


El niño se despertó sobresaltado y frotó sus ojos con incredulidad. No podía creer lo que veía frente a él. Pero a medida que el miedo inicial desaparecía, se dio cuenta de que esa presencia era familiar y reconfortante.


La abuela fantasma extendió su mano etérea y le dijo a Lucas: "Mi querido nieto, he venido desde el más allá para estar contigo. Aunque no pueda estar físicamente, siempre estaré aquí, velando por ti y guiándote".


Lucas, emocionado y lleno de amor, estiró su mano para tocar la de su abuela. Aunque su mano pasó a través de ella, sintió un escalofrío reconfortante que recorrió todo su cuerpo.


A partir de ese momento, la abuela fantasma comenzó a visitar a Lucas en el mundo de los vivos con mayor frecuencia. Juntos, compartían largas caminatas por los bosques cercanos, donde la abuela le contaba historias de su propia infancia y le enseñaba secretos sobre la naturaleza.


La abuela también le transmitió a Lucas valiosas lecciones sobre la vida. Le recordó la importancia de la amabilidad, la honestidad y el respeto hacia los demás. Le enseñó a apreciar los pequeños momentos de felicidad y a encontrar la belleza en el mundo que los rodeaba.


A medida que pasaban los años, Lucas creció y se convirtió en un hombre amable, generoso y sabio, en gran parte gracias a las enseñanzas y el amor incondicional de su abuela fantasma.


Cuando llegó el momento en que Lucas se convirtió en padre, la abuela fantasma desapareció gradualmente, pero su presencia siempre estuvo presente en el corazón de Lucas y en las enseñanzas que transmitió a su propia familia.


Aunque Lucas no podía verla físicamente, sabía que su abuela fantasma siempre estaría cerca, guiándolo en los momentos difíciles y celebrando junto a él en los momentos de alegría.


Y así, la historia de la abuela fantasma y su nieto Lucas se convirtió en un cuento que se transmitía de generación en generación, recordando a todos que el amor y el vínculo entre las personas trascienden incluso los límites de la vida y la muerte.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

El Hada y su amiga

Mí misión en el mundo

Marina, la última Sirena 1ra y 2a Parte