Estrella a todo galope

 Había una vez un hermoso caballo llamado Estrella que vivía en un tranquilo prado rodeado de flores y árboles frondosos. Estrella era el caballo más orgulloso y valiente de todos, con su reluciente pelaje negro como la noche y sus ojos brillantes como estrellas. Siempre galopaba con gracia y elegancia, cautivando a todos los que lo veían.


Un día, mientras paseaba por el prado, Estrella vio a lo lejos a una encantadora dama llamada Rosalinda. Ella era una joven de cabello dorado como el sol y ojos azules como el cielo. Rosalinda solía visitar el prado para disfrutar de la tranquilidad y la belleza de la naturaleza.


Desde el momento en que Estrella puso sus ojos en Rosalinda, su corazón empezó a latir con fuerza. Quedó hechizado por su belleza y gracia. Cada día, Estrella esperaba ansiosamente la llegada de Rosalinda al prado, solo para poder verla de nuevo y sentir su presencia cerca.


A medida que pasaba el tiempo, Estrella comenzó a buscar formas de llamar la atención de Rosalinda. Se pavoneaba ante ella, mostrando sus habilidades de salto y galope, con la esperanza de impresionarla. Incluso aprendió a realizar algunas piruetas y movimientos elegantes para demostrar su amor por ella.


Rosalinda, por su parte, notó el amor y la devoción de Estrella. Se acercaba a él con cariño, acariciándole la crin y susurrándole palabras de aliento. Aunque Estrella no podía hablar en palabras, su mirada y suave relincho expresaban todo lo que sentía por Rosalinda.


Juntos, Estrella y Rosalinda pasaban horas explorando el prado, disfrutando de la compañía mutua. Paseaban por los senderos ocultos y se adentraban en los bosques, donde los rayos del sol se filtraban a través de las hojas, creando un hermoso juego de luces.


El amor entre Estrella y Rosalinda crecía cada día más fuerte. No importaba qué obstáculos se interpusieran en su camino, siempre encontraban la manera de superarlos juntos. Estrella se convertía en el protector de Rosalinda, velando por su seguridad y felicidad.


Sin embargo, el destino tenía otros planes. Un día, llegó un noble caballero al prado en busca de una montura digna para sus aventuras. Al ver a Estrella, quedó impresionado por su majestuosidad y decidió llevárselo consigo. Rosalinda, desconsolada, despedía a Estrella con lágrimas en los ojos, temiendo que su amado caballo ya no estuviera a su lado.


Pero Estrella nunca olvidó a su amada Rosalinda. A pesar de las largas distancias y las duras pruebas que enfrentó como caballo de guerra, siempre llevaba en su corazón el recuerdo de su dama. Soñaba con el día en que volverían a encontrarse y estarían juntos nuevamente.


Pasaron años, y Estrella se convirtió en el caballo más famoso y valiente de todo el reino. Ganó numerosas batallas y torneos, pero en lo más profundo de su ser, su único anhelo era regresar al prado donde conoció a Rosalinda.


Un día, cuando el caballero decidió retirarse de las lides y volver a su hogar, Estrella sintió que el momento había llegado. Con cada paso que daba hacia el prado, su corazón latía más rápido, anhelando encontrarse nuevamente con su amada 



Finalmente, Estrella regresó al prado donde todo había comenzado. El viento acariciaba su pelaje mientras caminaba por el césped, buscando desesperadamente a Rosalinda. Pero el prado estaba vacío y en silencio, sin rastro de su amada dama


Desalentado y con el corazón lleno de tristeza, Estrella dejó escapar un suspiro y se dirigió hacia el lugar donde solían pasar horas juntos. Fue entonces cuando escuchó un suave susurro a lo lejos


Siguiendo el sonido, Estrella se adentró en el bosque cercano y, entre los rayos de sol que se filtraban a través de las hojas, vio a Rosalinda. Ella había crecido, pero su belleza y encanto aún eran deslumbrante


Los ojos de Estrella se llenaron de alegría mientras se acercaba lentamente a Rosalinda. Ella extendió su mano y acarició suavemente su hocico. Los dos se reunieron en un abrazo lleno de amor y añoranza, sellando así su reencuentro


A partir de ese momento, Estrella y Rosalinda fueron inseparables. Pasaban los días explorando el prado, galopando juntos bajo el sol y compartiendo momentos de complicidad. El amor que habían sentido uno por el otro nunca se desvaneció, sino que se fortaleció con cada momento que pasaban junto


La historia de Estrella y Rosalinda se convirtió en leyenda en el reino. Su amor trascendió el tiempo y demostró que, incluso cuando las circunstancias parecen separarnos, el verdadero amor siempre encuentran una forma de unirnos nuevamente 


Y así, Estrella y Rosalinda vivieron felices el resto de sus días, disfrutando de la eternidad de su amor en el prado donde su historia comenzó, siempre recordando que el amor verdadero es eterno y puede superar cualquier adversidad.

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